La iglesia de El Salvador de La Bañeza, cuyos orígenes se remontan al siglo X, ha sufrido a lo largo de su historia distintas reconstrucciones y remodelaciones. Su actual torre construida en robusta piedra de Carracedo, se levantó en el siglo XVII y tiene una planta cuadrada en cuya parte superior se encuentra el campanario. Al contrario de lo que es tradicional en nuestro país, las campanas se encuentran dispuestas en el interior, mientras que los cuatro ventanales albergan sendas esferas de reloj.
Se requiere de la experiencia de Campanas Quintana en relojería monumental con el fin de poner en correcto funcionamiento esas cuatro esferas, cuya desafortunada instalación por parte de alguna empresa sin los conocimientos más rudimentarios en relojería, habían hecho que no funcionarán bien desde prácticamente su instalación.
Allí nos encontramos con un variopinto catálogo de despropósitos como son unas esferas demasiado pequeñas para el ventanal en que se encuentran, sin el soporte adecuado para sujetarlas. Rotuladas con numeración árabe, más propia de un edificio moderno que de un edificio histórico, el material de la esfera es muy endeble y sin refuerzo, lo que impide adosar la minutería que mueve las agujas a la propia esfera. Esto obliga a fijarlas a un poste alejado de la esfera utilizando un eje muy largo, con el consiguiente sufrimiento de la minutería. Además, el procedimiento más adecuado no es utilizar receptoras con minutería independientes para cada esfera, si no una receptora única que reenvíe el movimiento a todas las esferas a la vez garantizando su sincronía.
Nuestra intervención consistirá en colocar una receptora central con reenvío a cuatro esferas, con potencia suficiente para mover con solvencia sus cuatro minuterias y sus agujas. La dificultad estriba en que el centro de la sala lo ocupan las campanas, así pues se opta por colocar la receptora en un plano superior, salvando este desnivel mediante un sistema de transmisión en ángulos de 90 grados.
La intervención se completa con la instalación de unos martillos electromagnéticos para el repique de las campanas y un reloj programador OPUS con antena de sincronización vía radio para gobernar las esferas y los toques horarios y litúrgicos.
Queda pendiente en un futuro la sustitución de esferas y agujas por otras más adecuadas en presencia y armonía con el carácter histórico de la torre.