En los alrededores de la turística villa cántabra de Comillas se encuentra la localidad de Ruiseñada.

Su iglesia del siglo XV, dedicada a San Adrián, posee una arquitectura de una sola nave y una torre de cuatro cuerpos rematados por un chapitel macizo de sillería y constituye un ejemplo de la evolución del gótico en la comarca occidental costera de la región.

La torre cuenta con un par de campanas completamente deterioradas y en desuso, que hace años fueron sustituidas por un sistema de megafonía que desentona completamente con la arquitectura del edificio.  Se encarga a Campanas Quintana, por parte de la parroquia, la sustitución de las viejas campanas por dos nuevas campanas provistas de yugos de madera y completamente automatizadas con el fin de dotarlas de uso mediante repiques litúrgicos y volteo.

Se funden en nuestros talleres de Saldaña en la provincia de Palencia, dos campanas de perfil medio de 230 y 131 kilogramos respectivamente y se equipa a ambas con yugos de madera maciza, dimensionados y equilibrados para el correcto volteo de las mismas.

Trasladadas a la parroquia mediante nuestro camión, se procede a subir ambas al campanario haciendo uso de nuestra grúa y salvando las dificultades que supone la peculiar arquitectura de la parroquia, rodeada toda ella por un muro que impide el acceso de vehículos al pie de la torre.

Una vez alojadas las campanas en los ventanales correspondientes, procedemos a la instalación de los equipos que automatizan el volteo y el repique de las mismas y su conexión con el cuadro eléctrico que comanda la instalación en la torre.

Para finalizar, situamos en la sacristía de la iglesia el moderno reloj-programador que gestiona las secuencias de toque para convocar a los actos litúrgicos y en este caso también el toque de sonerías horarias.